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El Día del Camino y la Educación Vial es un día muy importante dentro de las efemérides escolares del año. Es el día en que podemos promover la educación vial en nuestros alumnos e intentar generar un cambio cultural, más que necesario, para hacer prevalecer el respeto por las normas de tránsito de nuestro país.
La Ley Nro. 24.449, Ley Nacional de Tránsito, establece la inclusión de la educación vial en todos los niveles educativos del país. El objetivo es reflexionar sobre la seguridad vial dentro del espacio escolar, generando cambios en la forma de pensar la problemática de la siniestralidad vial.
Nuestro país tiene una alta tasa anual de fallecimientos por accidentes de tránsito. La concientización desde la escuela es la manera de difusión más efectiva para los generar conocimientos, actitudes y prácticas saludables.
¿por qué celebramos el día del camino y la educación vial?
Una vía construida para el tránsito es la definición habitual de lo que es un camino. Cuando un camino está generalmente asfaltado, es de utilización pública y es apto para la circulación de vehículo, lo llamamos ruta. Esta palabra proviene del vocablo francés route. En algunos lugares del mundo de habla hispana la conocen como carretera.
El Día del Camino y la Educación Vial tiene una historia bastante interesante. Tanto en Argentina como en el continente americano existían ,a principios del siglo XX, varios problemas para la creación de entes que se ocuparan de una situación vial que comenzaba a complejizarse con la llegada del automóvil como medio de transporte.
No existía un orden en la construcción de rutas, todo dependía de las decisiones de los gobiernos, la mayor o menor cantidad de dinero público disponible. Ni hablemos de la planificación de la dirección de esas rutas, que se construían en función de necesidades, no de orden o de hacer fluir el tránsito. Muchas veces las mejores rutas eran abandonadas por el mejoramiento de un camino cercano que le convenía más a los habitantes del lugar. De esta forma los sistemas viales estaban en una situación caótica.
En nuestro país casi no existían disposiciones legales ni técnicas que promovieran un orden vial. Las reglamentaciones existentes eran muy limitadas y estaban fuera del nuevo contexto tecnológico.
Corría el año 1925 y, en la ciudad de Buenos Aires, se organizó la reunión del Primer Congreso Panamericano de Carreteras. Este había sido convocado por el gobierno de Argentina, cumpliendo con una resolución de la 5ta Conferencia Internacional Americana que se llevó a cabo en Santiago de Chile en 1923.
Todos los países americanos participaron, excepto Panamá, Haití y Honduras. Era necesario ordenar y articular el sistema vial en todo el continente.
Entre las muchas resoluciones que dejaron asentadas en un Acta General, el Congreso nombró una comisión permanente cuya misión sería redactar reglas para todo el continente sobre circulación de tráfico. Crearon reglamentaciones sobre la construcción de obras públicas, la creación en universidades de cursos de enseñanza sobre construcción y mantenimiento de carreteras. Decidieron la reducción de derechos aduaneros sobre automóviles, accesorios y combustibles. Y declararon el carácter permanente del Congreso.
Una de las ponencias invitó a todos los países a celebrar todos los 5 de octubre en toda América el “Día del Camino“. Eligieron ese día por ser el de la inauguración de este Congreso Panamericano.
Unos años después, en 1929, se volverían a reunir en el Segundo Congreso Panamericano de Carreteras, esta vez en Río de Janeiro, Brasil. Allí continuaron con la obra del Congreso mejorando las decisiones respecto a la creación y mantenimiento de caminos, reglamentación del tráfico, señales de tránsito, etc.
Son escasos los países del mundo que celebran el día del camino, el cual en nuestro país abarca no solo la construcción de rutas, sino también el señalamiento, la conservación y la seguridad vial.
El mismo 5 de octubre, pero de 1932, nuestro Congreso Nacional promulga la ley Nro. 11.658, conocida como la Ley de Vialidad. Es el inicio de la muy necesitada organización de una red de caminos orgánica para Argentina. Esta ley crea la Dirección Nacional de Vialidad y determinó que el kilómetro cero se encuentra en la Plaza de los dos Congresos en la ciudad de Buenos Aires. Nuestra red vial, a partir de este momento, va a experimentar un crecimiento exponencial que, entre rutas de pavimento y mejoradas, se extendió de unos 2.000 kilómetros de extensión hasta unos 30.000 en poco más de 3 años.
Fuente : actosenlaescuela.com
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